Los Hijos del Emperador
Hijos del Emperador
Historia
La semilla genética de la Legión y su acondicionamiento producía guerreros con un porte noble y procesos de pensamiento bien controlados, con tendencias psicológicas inclinadas hacia el logro personal y la competición para demostrar la superioridad individual. Cosa que se demostró en sus primeras batallas, pues la III Legión fue usada en muchas ocasiones para dirigir coordinar y dirigir ya que parecía algo natural para ellos pues bebían de largas tradiciones militares.
Un gran desastre marcó la existencia de la III Legión: la pérdida de toda la reserva de su "semilla genética", cuando una porción de la reserva fue despachada a Luna para que fuese almacenada allí y despareció la nave que la transportaba y, poco después, la reserva mantenida a salvo en Terra, fue infectada por una epidemia vírica cuya causa y origen se desconocían. A partir de ese momento la III Legión empezó a morir, pues sin el Primarca de la Legión la fuerza de la III Legión se reducía con cada batalla.
La III Legión fue salvada por el descubrimiento de su Primarca en el mundo de Chemos, un mundo de cielo y superficie grises, donde la esperanza era débil. Pronto se le dio a Fulgrim el mando de la III Legión. Los Hijos del Emperador podían empezar a reconstruirse. Algunos en el Consejo de Guerra aconsejaron tomar nuevos reclutas de mundos diferentes, pero Fulgrim rechazó estas objeciones, aunque aceptó los hijos algunas viejas familias de la nobleza y a los de la élite gobernante de mundos humanos que consideraba dignos.
Mientras los Hijos del Emperador crecían de nuevo en tamaño, el Señor de la Humanidad pidió a Horus que fuese el mentor de Fulgrim y su Legión. Así fue como el lazo de hermandad y confianza forjado en combate entre las dos Legiones aumentó pues parecían complementarse mutuamente. Cuando finalmente los Hijos del Emperador se separaron para luchar por sí solos, se habían convertido en hermanos juramentados.
Desde entonces para ellos la única medida del éxito era compararse con otros y cuando alcanzaban la excelencia, aparecía el desprecio hacia aquellos a los que habían superado. Sin importar lo alto que llegasen nunca era suficiente y su hambre de perfección no tenía límite
Cuando la Herejía de Horus estalló, Fulgrim intentó razonar con su antiguo amigo. Entonces Horus le sedujo, jugando con su amor por la perfección absoluta. Aunque al principio se resistió, la espada que había tomado de un templo Laer, que contenía un Gran Demonio de Slaanesh, le había estado susurrando y poco a poco Horus logró convencerle. La corrupción se extendió y al poco todos los HIjos del Emperador seguían a Slaanesh.
Toda sombra de decencia entre los Hijos del Emperador había desaparecido y mientras las otras Legiones Traidoras asaltaron el Palacio Imperial en Terra, los Hijos del Emperador se dedicaron a extender el terror entre la población indefensa.
Cuando Horus fue derrotado, los Hijos del Emperador dejaron una estela de mundos despoblados tras de sí. Fueron la primera de las Legiones Traidoras que empezó a asaltar mundos imperiales para tomar prisioneros y botín. En su desatado fervor, pronto empezaron a capturar a los esclavos y siervos de las otras Legiones Traidoras.