Guardia de la Muerte
Guardia de la Muerte
Historia
Los reclutas iniciales de la XIV Legión procedían de los antiguos y belicosos clanes de la Vieja Albia. Operando como infantería pesada, eran capaces de mantenerse firmes hasta que se gastara la última bala y muriera el último hombre y sus enemigos le dieron el nombre de “Incursores del Crepúsculo”. Este nombre procedía de la antigua táctica albiana de llevar a cabo grandes asaltos terrestres al caer la noche. Así permanecieron las cosas para los Incursores del Crepúsculo hasta el encuentro con su Primarca, que sería una mortaja que cayó sobre ellos.
El mundo en el que el joven Mortarion cayó era un dominio de salvajes señores alienígenas que gobernaban y acosaban a la población humana. Incluso el medio ambiente era una siniestra y letal arma diseñada como un medio de sustento y de control. Las colosales cimas de Barbarus estaban cubiertas permanentemente de nieblas venenosas y los profundos valles eran un reino de sombras perpetuas. En los bosques y ciénagas, los humanos se aferraban a sus vidas de un terror perpetuo, sabiendo que por encima de ellos sus monstruosos señores aguardaban a darse un festín.
Estos esqueléticos y horrorosos dioses estaban envueltos en armaduras oxidadas, que les hacían inmunes a la muerte excepto por gran violencia. El mayor de estos señores carroñeros caminaba satisfecho entre la masacre que había causado y se sorprendió por el sonido del llanto de un niño. Atraído por el sonido, encontró un niño donde la vida no debería ser posible al que bautizó como “Mortarion”: aquel que ha nacido de la muerte.
Cuando finalmente escapó de su hogar, su "padre" le prometió la muerte si alguna vez regresaba. Mortarion descubrió entonces que era pariente de las presas que había cazado y juró que aplicaría justicia por el horror perpetrado. Se convirtió en un guía que lideraba a la gente en el combate. Para poder obtener la victoria reclutó a los guerreros más duros y decididos, vestidos de pies a cabeza con toscas armaduras de hierro y primitivos equipos de respiración. Así nació la Guardia de la Muerte.
Más tarde se le dio el mando de la XIV Legión. Reuniéndolos ante él, una sombría y espectral figura envuelta en una túnica y portando una gran guadaña negra, les pareció ver un avatar de la muerte. Gracias a un sencillo decreto, los Incursores del Crepúsculo pasaron a ser la Guardia de la Muerte.
La Guardia de la Muerte era despiadada, implacable y resistente, pero las tasas de desgaste eran terriblemente altas. Mientras se continuaba reclutando, Barbarus se convirtió en una especie de fábrica de reclutas. Este reclutamiento fue potenciado por la alta aptitud que la dura población que había sufrido durante mucho tiempo los hacia más fuertes y el mundo envenenado los había hecho resistentes a plagas y toxinas. Con el tiempo, las prácticas iniciales de la Legión fueron borradas por el sombrío credo de Barbarus y el Librarius fue disuelto por el odio de Mortarion hacia la brujería.
Durante la Herejía de Horus, la Guardia de la Muerte se unió al Señor de la Guerra en muchas batallas y ataques contra el Imperio. Cuando Horus condujo a sus fuerzas contra Terra, el Primer Capitán Calas Typhon, mató al navegante y dirigió la nave insignia, fingiendo saber pilotarla, llevando la flota a la Disformidad quedando las naves atrapadas. Una pestilencia atacó a los tripulantes y les inundó los intestinos y deshizo la carne. Estos caían desmayados mientras huevos aparecían en las llagas les surgían. Entonces, Mortarion ofreció su alma y la de su Legión. El Dios del Caos Nurgle respondió a su plegaria y los corrompió sin medida.
Después de la derrota de Horus, la Guardia de la Muerte se retiró al Planeta de la Plaga. Tras un largo periodo la Legión se fraccionó y allí donde las semillas de la corrupción habían sido plantadas, apareció la Plaga que Camina, una enfermedad nueva y terrible, en la que los muertos se alzan y liberan hordas de Nurgletes que salen de la carne de los caídos. El tiempo de plantar corrupciones ha terminado, ha llegado "La hora de la Cosecha".