Corsarios Rojos
Historia
Los Corsarios rojos están formados en su mayoría por una agrupación de Capítulos denominada los Guardianes del Torbellino (formada por los Lamentadores, la Guardia del Osario, los Guerreros Mantis y capitaneada por los Garras Astrales y su Señor Lufgt Huron y al que más tarde se unieron los Ejecutores) creada para proteger la región de la galaxia conocida como la Zona del Torbellino, situada en la Franja Este en el Segmentum Ultima que rodea una Fisura Disforme.
El Torbellino atrajo a la Humanidad desde la Gran Cruzada, a pesar de los múltiples peligros y amenazas. Teniendo que reconquistar el resto de la Galaxia de declaró a la región como Purgatus pero en los años que siguieron a la Herejía de Horus la Legión de los Ultramarines decidió que los habitantes en la Zona del Torbellino representaban una amenaza demasiado grande para la estabilidad del Imperio como para que fuera ignorada.
Tras una serie de incursiones, la Guardia del Osario fue prácticamente exterminada y perdida su "semilla genética" y los Garras Astrales enviaron una solicitud para el reemplazo de la Guardia del Osario por otro capítulo que fue denegada.
Más tarde, un golpe fallido que inició una guerra civil frustrada, acabó cuando los Garras Astrales llegaron y aplastaron brutalmente el conflicto. El Señor del Capítulo decidió encargarse personalmente del asunto de una forma brutal. Tomando para sí el mando planetario y autoproclamándose "Tirano de Badab", reclamando los mundos cerca del área habitable del espacio circundante del Sistema Badab como feudo de su Capítulo.
Para reforzar aún más su poder, llevó a cabo una masiva reorganización de las Fuerzas de Defensa Planetaria que se convertiría en la Legión del Tirano. Siguiendo una estructura unificada dichas fuerzas seguían ahora unas reglas estándar dictadas por Huron y en poco tiempo probaron su valía al rechazar múltiples asaltos de corsarios.
Huron abogaba por el despliegue de varios Capítulos extra y la redistribución de los recursos de la Zona del Torbellino con el objeto de pacificar por completo el Torbellino. Pero la petición de Huron fue rechazada y al ver como se denegaban repetidamente los recursos y tropas solicitados, Lufgt Huron buscó expandir sus fuerzas hasta aumentar sus efectivos hasta casi 3500 Marines y retuvo los diezmos planetarios de Badab Primaris bloqueando el paso de mercancías.
El Tirano comenzó a desviar los recursos industriales y humanos para reforzar las defensas, así como en aumentar los destacamentos de flota del Torbellino y fortificar mundos clave. Dichas defensas fueron conocidas como el Anillo de Acero.
El choque entre la apropiación del diezmo imperial y los derechos de los comandantes para defender el Imperio de la Humanidad duraría casi un siglo y medio y la pérdida súbita de los vitales suministros industriales y comerciales se sintió profundamente en el Sector Kathargo. Entonces a petición directa de la Sátrapa de Karthan, se solicitó que el Capítulo de Halcones de Fuego investigaran las desapariciones de naves.
Los Halcones de Fuego y las tropas Karthanas fueron repelidas una y otra vez fueron obligados a retirarse hasta que llegaron con refuerzos el capítulo de los Marines Errantes, que pronto se vieron abrumados por tener que dividir sus fuerzas entre la protección de las naves comerciales y los ataques de los Guardianes del Torbellino.
Una vez eliminada la "fuerza rebelde" por los Guardianes del Torbellino, el alto mando de Terra, mandó un triunvirato de Delegados Imperiales por la retención de los diezmos de su región, con órdenes de investigar una serie de pruebas "condenatorias" contra Lufgt Huron y los Garras Astrales, ordenándole la restitución de estos y el fin de las hostilidades y en lo que se refería a los Karthan las investigaciones llevadas a cabo confirmaron las sospechas de haber iniciado la guerra.
Esto enojo otra vez a Lufgt Huron al sentir que le eran denegadas otra vez su necesidad de recursos y no castigar a los capítulos que le atacaron, por lo que se decidió incumplir esas órdenes, lo que provocó que los Delegados de Terra emitieran órdenes de arresto todos los Señores de los Guardianes del Torbellino.
Los capítulos condenados declararon la secesión del Imperio de su zona de influencia, por lo que el Imperio envió una fuerza punitiva formada por los capítulos de los Salamandras, los Aves de Presa y los Ángeles de Fuego, junto a los supervivientes de los Halcones de Fuego y Marines Errantes y dirigida por los Escorpiones de Fuego.
Debido al ser superados en número de hombres y naves, y no tener la posibilidad de refuerzos, los Guardianes del Torbellino acabaron siendo derrotados por el desgaste de la enorme cantidad de batallas llevadas a cabo, aunque causaron una gran cantidad de bajas entre sus oponentes gracias al conocimiento que tenían de la región.
Tras los acontecimientos de la Guerra de Badab, los supervivientes de los Guardianes del Torbellino, la mayoría de ellos de los Garras Astrales, escaparon del bloqueo del Imperio y huyeron al Torbellino. Lufgt Huron adoptó el nombre de Huron Blackheart y se rindió a los Poderes Ruinosos para sobrevivir y aún lidera sus fuerzas contra el Imperio ahora llamada los Corsarios Rojos.
El objetivo de los asaltos de los Corsarios Rojos es construir un ejército para Huron con cautivos que se vuelvan traidores. El imperio que ha creado Huron Blackheart en el Torbellino se ha convertido en una gran amenaza y su poder rivaliza con las Legiones Traidoras del Ojo del Terror.
Los Corsarios Rojos se organizan en una gran flota, capaz de desplegar pequeñas fuerzas de élite apoyados por un inmenso grupo de saqueadores humanos. Sus Marines Espaciales son extremadamente habilidosos en acciones de abordaje y gracias a su habilidad en combate nave contra nave mantienen una flota de naves capturadas. Los rumores sugieren que la nave de mando de Huron, rescatada cuando iba a la deriva en el borde del Torbellino, fue originalmente una nave de la Legión Traidora de los Portadores de la Palabra.
Los Sabuesos de Huron son los encargados de llevar la oscura furia de Lord Blackheart a sus enemigos. Los Sabuesos están formados por escuadras de motocicletas, ideales para ataques relámpagos. Los Señores de la Caza, poderosos Señores del Caos de entre las filas de los Corsarios Rojos, son capaces de lograr congregar a un grupo considerable de seguidores poco antes de un enfrentamiento mayor. Estas imponentes figuras sólo responden ante el mismo Tirano de Badab y nunca hay más de cuatro Señores de la Caza a la vez, pues todos ellos son amargos rivales. Las recompensas por obedecer al Tirano son grandes, pero el castigo a la traición es fatal.